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TW3 Diario Sardinilla

Sardinilla (En polaco: Płotka) es el nombre que el brujo Geralt de Rivia le daba a todos sus caballos. Tenía preferencia por las yeguas.

The Witcher 3: Wild Hunt[]

El caballo que Geralt posee se llama Sardinilla. Hay una serie de equipamiento disponible para la yegua: sillas de montar, alforjas y anteojeras para caballos. Las sillas de montar permiten que Sardinilla galope a toda velocidad, las alforjas aumentan el límite de inventario de Geralt y las anteojeras disminuyen la velocidad a la que aumenta el nivel de miedo de Sardinilla.

A diferencia de los juegos anteriores, los trofeos obtenidos de los contratos de monstruos aparecen atados a la silla de montar de Sardinilla en lugar de a la persona de Geralt.

Si Geralt visita a Emhyr después de encontrar a Ciri y no acepta la recompensa que le ofrecen, le será concedido un semental pura sangre nilfgaardiano de color negro. Tras este evento, cada vez que se llame a Sardinilla aparecerá un caballo negro en lugar de la yegua original.

Blood and Wine[]

Entrada del diario[]

Un caballo es más que un medio de transporte para un brujo: si no, preguntad a cualquier bandido que se haya llevado una buena coz en la cabeza durante un combate. Además, muchos brujos les han contado a sus caballos los intríngulis de sus contratos mientras contemplaban las estrellas en un camino solitario, aunque pocos lo admitirían.
Geralt llamaba Sardinilla a todas sus monturas, aunque nadie sabía a ciencia cierta el porqué de este nombre. Cuando se le preguntaba por ello, Geralt eludía la cuestión o daba una respuesta evasiva. ¿Puede que fuera la primera palabra que le viniera a la mente? Sardinilla, por su parte, parecía aceptar el nombre sin distingos.
Geralt se crispaba y maldecía cada vez que Sardinilla entraba en pánico y lo hacía caer en mitad de una batalla, así como cuando giraba de repente en una dirección distinta a la que él pretendía mientras galopaban hacia un destino con urgencia. A decir verdad, no obstante, se sentía muy unido a ella y no la cambiaría por ningún otro caballo. Ni siquiera por uno que, al llamarlo, no se quedara indefenso y desamparado delante de un obstáculo en apariencia fácil de salvar, como una minúscula valla o un trozo de madera aislado. Ni tan siquiera por uno que a veces no acabara, de un modo incomprensible, bailando sobre el tejado de algún campesino. Como diría Geralt encogiéndose de hombros: "En fin, el caballo de un brujo no es un animal normal y corriente. Estar en contacto permanente con pociones mágicas y Señales debe de haberle dejado su huella".
Mientras llevaba a cabo un contrato en Toussaint, Geralt tuvo la oportunidad de averiguar exactamente lo en serio que Sardinilla se tomaba su papel y lo versada que estaba en los arcanos del oficio de brujo. También descubrió que era una conversadora de lo más agradable.

Misiones asociadas[]

  • Fantasmas equinos

Notas[]

Galería[]

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