Mission Local está publicando un artículo diario sobre la campaña de cada una(o) de la/los aspirantes a la alcaldía. Se está alternando a la/los candidatos semanalmente, esta dinámica se mantendrá hasta noviembre. Esta semana le corresponde a: Daniel Lurie. Lea los artículos anteriores aquí.
Un día antes del primer debate de candidatos a la alcaldía, el aspirante Daniel Lurie hizo un calentamiento de aproximadamente una hora ante unos treinta entusiastas residentes de Noe Valley en el Club Demócrata en Noe Valley, que aún no ha respaldado a ningún candidato a la alcaldía para noviembre.
De pie entre la multitud, en el abarrotado patio de madera situado detrás de la taberna Valley, en la calle 24, Lurie detalló lo que había hecho y conseguido con el Super Bowl 50 y su organización sin fines de lucro, Tipping Point.
También habló con confianza de sus plataformas políticas en temas como la seguridad pública, el clima, la vivienda y las personas sin hogar, incluida su última idea de un centro de innovación climática, que utilizaría oficinas vacías del centro y combinaría inteligencia artificial con la experiencia de la universidad local y los grandes recursos de tecnología.
Sin tener claridad si querían más o no, Lurie se explayó hablando sobre su estilo de “rendición de cuentas” al frente del Ayuntamiento, el cual mencionó 18 veces durante la velada.
Al mismo tiempo, Lurie, que se define a sí mismo como un “forastero”, señaló los errores de sus oponentes. “En noviembre les pedirán una nueva oportunidad, tras varias legislaturas de fracaso”, dijo Lurie.
Sus oponentes, con los que debatirá el miércoles por la noche, son todos políticos de carrera, como la actual alcaldesa London Breed, el presidente de la Junta de Supervisores Aaron Peskin, el ex alcalde y ex supervisor Mark Farrell y el supervisor del distrito 11 Ahsha Safaí.
La medición del éxito en la alcaldía es Michael Bloomberg, alcalde de Nueva York de 2002 a 2013. Dirigió muy bien la ciudad en la década de los 2000″, afirmó Lurie.
También invocó a la difunta senadora Dianne Feinstein, que fue alcaldesa de San Francisco de 1978 a 1988. Prometió imitar lo que hizo Feinstein: recorrer las calles y llamar a los jefes de departamento para decirles: “este trabajo no está hecho”.
¿Cómo conseguiría que su administración rindiera cuentas? Empezaría a las 8:30 a.m., de los lunes, con todos los jefes importantes de departamento reunidos en la sala 200 para informarles qué van a trabajar durante la semana y sobre sus objetivos para los próximos seis y doce meses.
El informe, dijo, será detallado, incluyendo temas específicos como el caso de la ciclovía de la calle Valencia, que describió como “un desastre en todos los sentidos.”
Pero, cuando se le preguntó si despedirá a algún comisario o jefe de departamento en sus primeros días de mandato, Lurie se negó a ser dramático.
“No voy a decirles aquí y ahora a todas las personas que voy a despedir. Eso se lo dejaré a otro candidato”, dijo Lurie. El público se rió.
Pero dijo que se sentaría con todos los jefes de departamento para notificarles que llegará al Ayuntamiento con un cambio sin precedentes.
“Básicamente, tendrán que ser entrevistadas(os) para conseguir su puesto de trabajo”, dijo.
Lurie subrayó la importancia de la seguridad pública, cuya falta es la causa de muchos de los problemas de la ciudad. Afirmó que el turismo y el tráfico peatonal de Manhattan volvieron de las cenizas del 11 de septiembre de 2001, y prometió que San Francisco se recuperará cuando la gente se sienta segura.
“Hazme una promesa que vayas a cumplir y tendrás mi voto”, dijo Yezdi Unvala, un antiguo residente de Noe Valley que llegó tarde. Unvala, que vive en el barrio desde hace 35 años, dijo que solo le importan las políticas, no los políticos.
“He visto varias películas en las que las elecciones se reducen a un voto”, bromeó Lurie para relajar el ambiente.
A continuación, Lurie hizo una promesa: los sanfranciscanos podrán pasear con sus hijos por las calles de al lado, especialmente en el Tenderloin, y no pisar a alguien que esté sufriendo una sobredosis.
Al final del acto, Unvala dijo que no estaba del todo convencido de lo que había dicho Lurie, pero que le gustaría verlo en acción.
“Quiero ver lo que hace”, dijo.
