Ir al contenido

Ventosaterapia

De Wikipedia, la enciclopedia libre
Ventosaterapia
Medicina alternativa

Una persona recibiendo terapia hijama con ventosas "humedas".
Clasificación y recursos externos
MeSH D000079742
Aviso médico

La ventosaterapia o terapia de ventosas es una forma de medicina alternativa considerada como pseudociencia y charlatanería[1][2][3][4][5]​ en la que se crea una succión local en la piel con la aplicación de ventosas. La práctica se realiza principalmente en Asia, pero también en Europa del Este, Medio Oriente y América Latina.[6][7]

Los practicantes de la ventosaterapia la utilizan para supuestamente tratar una amplia gama de afecciones médicas incluyendo entre otras: fiebre, lumbalgia, falta de apetito, indigestión, hipertensión arterial, acné, dermatitis atópica, psoriasis, anemia, rehabilitación de accidentes cerebrovasculares, congestión nasal, infertilidad y dolores menstruales.[6][7]

A pesar de las numerosas dolencias para las que sus practicantes afirman que la terapia de ventosas es útil, no hay evidencia de que tenga beneficios para la salud[8][9][10][11]​ y sí de que existen algunos riesgos de daño físico, especialmente en la aplicación de ventosas húmedas y ventosas con fuego.[8]​ Los moretones, decoloraciones de la piel y sangrados locales se encuentran entre los posibles efectos adversos de las ventosas como también infecciones graves en la piel, y, a veces, pueden llegar a ser confundidos con señales de abuso infantil. Esto ha dado lugar a que en raras ocasiones, la presencia de estas marcas en los niños diera lugar a acciones legales contra los padres que hicieron que sus hijos recibieran terapia de ventosas.[7]

Historia

[editar]
Una ilustración del libro de texto médico Exercitationes practicae, publicado en 1694, muestra a un hombre sometido a ventosaterapia en las nalgas.

El origen del uso de ventosas como práctica terapéutica no está claro. La medicina tradicional iraní utiliza prácticas con ventosas húmedas, con la creencia de que las ventosas con escarificación pueden eliminar el tejido cicatricial, y las ventosas sin escarificación limpiarían el cuerpo a través de los órganos.[12]

En la antigua Grecia, Hipócrates (c. 400 a. C.) usaba ventosas para tratar enfermedades internas y problemas estructurales. El método fue también recomendado por Mahoma y, por lo tanto, practicado de forma habitual por médicos musulmanes que elaboraron y desarrollaron el método. Consecutivamente, este método en sus múltiples formas se extendió a la medicina por las civilizaciones asiática y europea.[13]

En China, el uso más temprano de terapia con ventosas registrado es del famoso alquimista y herbolario taoísta Ge Hong (281–341 d. C.).[14]

La aplicación de ventosas también se menciona en el libro de Maimónides sobre la salud y se utilizó dentro de la comunidad judía de Europa del Este.[15]

William Osler recomendó su uso para tratar la neumonía y la mielitis aguda a principios del siglo XX.[7]

[16]

Métodos

[editar]

Los practicantes de ventosaterapia utilizan la terapia de ventosas para tratar una amplia gama de afecciones médicas incluyendo entre otras: fiebre, lumbalgia, falta de apetito, indigestión, hipertensión arterial, acné, dermatitis atópica, psoriasis, anemia, rehabilitación de accidentes cerebrovasculares, congestión nasal, infertilidad y dolores menstruales.[6]​ Los defensores de esta terapia afirman también que las ventosas tienen un efecto terapéutico y eliminan "toxinas" no especificadas, sangre estancada o movilizan la "energía vital" cuando se usan sobre puntos de acupuntura con el objetivo de mejorar la circulación sanguínea.[7]​ A veces se utilizan dispositivos de succión modernos en lugar de las ventosas tradicionales.

Si bien los detalles varían entre los practicantes, sociedades y culturas, la práctica general consiste en succionar tejido con una cobertura colocada en el área designada creando un vacío parcial, ya sea mediante el calentamiento y posterior enfriamiento del aire en la copa, o mediante bombeo manual o mecánico. Por lo general, la copa se deja en su lugar entre cinco y quince minutos.[17]

Los tipos de terapia de ventosas se pueden clasificar utilizando cuatro métodos distintos de categorización:[18]

  • El primer sistema de categorización se relaciona con los "tipos de técnicas", que incluyen: terapia seca, húmeda, de masaje y de ventosas instantáneas.
  • La segunda categorización se relaciona con "la intensidad del poder de succión", que incluye: terapia de ventosas ligera, media y fuerte.
  • La tercera categorización se relaciona con el "método de succión", que incluye: fuego, succión manual y terapia con ventosas de succión eléctrica.
  • La cuarta categorización se relaciona con los "materiales dentro de las copas" que incluye: productos a base de hierbas, agua, ozono, moxa, agujas y terapia de ventosas magnéticas.

Posteriormente se han desarrollado más categorías de ventosaterapia:[19]

  • El quinto se relaciona con el área tratada e incluye: terapia de ventosas facial, abdominal, femenina, masculina y ortopédica.
  • El sexto se relaciona con "otros tipos de ventosas" que incluye deportes y ventosas acuáticas.
Copas y ventosas para ventosaterapia elaboradas en distintos materiales.
Vidrio
Vidrio 
Plástico
Plástico 
Bambú
Bambú 
Cuerno y cobre
Cuerno y cobre 
Bronce
Bronce  

Ventosas secas

[editar]

Las ventosas secas implican la aplicación de una copa caliente sobre la piel de la espalda, el pecho, el abdomen o las nalgas. Se cree que el enfriamiento del aire crea un efecto de succión. El bambú y otros materiales se utilizan a veces como alternativas a las copas de vidrio.

Una persona recibiendo ventosaterapia con fuego

Ventosas con fuego

[editar]

La terapia de ventosas con fuego consiste en remojar una bola de algodón en alcohol casi puro. El algodón se sujeta con un par de pinzas y se enciende entonces con un fósforo o un encendedor y, con un solo movimiento, se coloca dentro de la copa y se retira rápidamente, mientras la copa se coloca rápidamente sobre la piel. El fuego consume todo el oxígeno de la taza y expande el aire dentro de esta, que al enfriarse crea una presión negativa dentro de la taza. Luego, al colocar la copa sobre el cuerpo, la presión negativa "succiona" la piel. En ocasiones se aplica aceite de masaje para crear un mejor sellado y permitir que las copas se deslicen sobre los grupos musculares (por ejemplo, trapecio, erectores, dorsal ancho, etc.) en un acto llamado "ventosa deslizante". Es común que aparezcan círculos oscuros en la piel donde se colocaron las copas debido a la rotura de los capilares justo debajo de la piel que causa hematomas. También existen casos documentados de quemaduras causadas por la aplicación de ventosas con fuego.[20][21]

Hijama

Ventosas húmedas

[editar]

La terapia con ventosas húmedas también se conoce como "hijama" (en árabe: حجامة‎ literalmente "succión") o sangría medicinal, donde la sangre se extrae por succión local de una pequeña incisión en la piel.[22]

Los primeros usos reportados se encuentran en escritos registrados en el hadiz islámico, los cuales son atribuidos o describen las acciones del profeta islámico Mahoma.[23][24]​ Los hadiz de Muhammad al-Bukhari, Muslim ibn al-Hajjaj Nishapuri y Ahmad ibn Hanbal respaldan su recomendación y uso por Mahoma. Como resultado, la aplicación de ventosas húmedas ha seguido siendo un remedio popular practicado en muchas partes del mundo islámico.[25]

En Finlandia, la ventosaterapia húmeda se lleva a cabo al menos desde el siglo XV, y se realiza tradicionalmente en saunas. Las ventosas estaban hechas de cuernos de ganado con un mecanismo de válvula para crear un vacío parcial al succionar el aire.[26]​ La terapia con ventosas todavía se practica en Finlandia como parte de los regímenes de relajación y/o salud.[27]

Una mujer toma ventosaterapia con fuego en un puesto ambulante al costado del camino en Haikou, Hainan, China

Medicina tradicional china

[editar]

En chino, el tratamiento con ventosas se conoce como "frascos para levantar" (en chino, 拔罐; pinyin, báguàn). Según la medicina tradicional china (MTC), la aplicación de ventosas se realiza para disipar el estancamiento (sangre y linfa estancadas), mejorando así el flujo de qi,[28]​ para tratar enfermedades respiratorias como el resfriado común, la neumonía y la bronquitis. Las ventosas también se utilizan en la espalda, el cuello, los hombros y otros lugares para tratar afecciones musculoesqueléticas.[28]​ En la medicina tradicional china no se recomienda la aplicación de ventosas sobre úlceras cutáneas o en las regiones abdominales o sacras de las mujeres embarazadas.[29]

Seguridad y riesgos

[editar]

En 2016, el Ministerio de Salud de Camboya advirtió que la aplicación de ventosas podría presentar riesgos para la salud y ser particularmente peligroso para las personas con presión arterial alta o problemas cardíacos. Según el NCCIH, "la aplicación de ventosas puede provocar efectos secundarios como decoloración persistente de la piel, cicatrices, quemaduras e infecciones, y puede empeorar el eccema o la psoriasis".[30]

La terapia con ventosas puede causar roturas en los capilares (pequeños vasos sanguíneos) de la capa de la dermis papilar de la piel, lo que da como resultado la aparición de petequias y síndrome purpúrico.[6]​ Estas marcas a veces pueden ser confundidas con signos de abuso infantil cuando se realiza ventosaterapia en niños.

Los eventos adversos de la terapia de ventosas pueden incluir tanto eventos adversos locales como sistémicos. Los eventos adversos locales pueden incluir formación de cicatrices, quemaduras, hematomas lineales o rayas (ventosas húmedas), úlceras cutáneas, oscurecimiento no deseado de la piel, paniculitis, eritema, inducción del fenómeno de Koebner en individuos susceptibles con psoriasis y dolor en el sitio de aplicación de las ventosas.[6]​ Existe también un riesgo teórico de infección, pero no hay informes de esto hasta 2012.[7]

Efectividad y críticas

[editar]

No existe evidencia científica que respalde la idea de que la ventosaterapia tenga beneficios para la salud.[8][9][10][11]

La Sociedad Estadounidense contra el Cáncer señala que "la evidencia científica disponible no respalda las afirmaciones de que las ventosas tengan beneficios para la salud" y también que el tratamiento conlleva un pequeño riesgo de quemaduras.[31]

Una revisión de la literatura en 2011 determinó que "la efectividad de las ventosas actualmente no está bien documentada para la mayoría de las afecciones", y que las revisiones sistemáticas que muestran la eficacia para el tratamiento del dolor "se basaron principalmente en estudios primarios de mala calidad".[32]

Esto fue respaldado aún más por una revisión en 2014 que demostró que la evidencia previa que aparentemente respaldaba la ventosaterapia es el resultado de un "diseño experimental no razonable y mala calidad en las investigaciónes".[33]

Una revisión de 2012 publicada en PLoS ONE, expone que los estudios parecen demostrar que la terapia con ventosas fue eficaz para el tratamiento de una serie de afecciones, pero que "casi todos los ensayos incluidos fueron evaluados como de alto riesgo de sesgo[..]son necesarios estudios mejor diseñados con el fin de llegar a conclusiones definitivas."[34]

No existe evidencia que respalde el uso de la terapia con ventosas para el acné.[35]​ Además, la ventosaterapia se practica a menudo junto con otras terapias y, por lo tanto, no puede explicar de forma exclusiva los beneficios positivos resultantes.[7][36]

Múltiples revisiones de la literatura científica sugieren que no hay evidencia científica suficiente para respaldar el uso de ventosaterapia para combatir enfermedades relevantes y el dolor crónico.[37]

Simon Singh y Edzard Ernst analizaron la falta de beneficios aparentes de los tratamientos con ventosas en su libro de 2008 Trick or Treatment.[38]

Como ritual pseudocientífico de desintoxicación, los defensores de las ventosas afirman falsamente que pueden eliminar toxinas no especificadas del cuerpo.[39][40]​ Los defensores de esta terapia también afirman falsamente que las ventosas "mejoran el flujo sanguíneo" para ayudar a los músculos adoloridos.[41]​ Al respecto de esta afirmación, James Hamblin señala que un hematoma causado por ventosas "es un coágulo de sangre, y la sangre coagulada no fluye".[42]

La terapia de ventosas ha sido caracterizada como charlatanería,[43]​ y múltiples críticos de la medicina alternativa se han pronunciado en contra de los tratamientos tradicionales como la terapia de ventosas:

  • Los médicos Harriet Hall y Mark Crislip han caracterizado las ventosas como una "pseudociencia sin sentido", "una moda de las celebridades" y un "galimatías", y observaron que no hay evidencia de que las ventosas funcionen mejor que un placebo.[44][45]
  • El farmacólogo David Colquhoun escribe que la aplicación de ventosas es "ridícula ... y absolutamente inverosímil".[46]
  • El cirujano practicante David Gorski observa, "... todo es riesgo sin beneficio. No tiene lugar en la medicina moderna, o al menos no debería".[47]
[editar]

La ventosaterapia ha ganado publicidad en los tiempos modernos debido a su uso por parte de celebridades estadounidenses del deporte, incluido el jugador de la Liga Nacional de Fútbol Americano DeMarcus Ware y los atletas olímpicos Alexander Naddour, Natalie Coughlin y Michael Phelps.[48]​ El médico Brad McKay escribió que el equipo de natación de EE. UU. Estaba haciendo un flaco favor a sus fanáticos que podrían "seguir su ejemplo", llamando la aplicación de ventosas una "terapia tradicional antigua (pero inútil)".[49]Steven Novella señaló que "es lamentable que el atletismo de élite, incluidos los Juegos Olímpicos, sea un caldo de cultivo para la pseudociencia".[50]

Hay una descripción de la terapia con ventosas en el ensayo de George Orwell "Cómo mueren los pobres", donde se sorprendió al descubrir que todavía se practicaba en un hospital de París.[51]

Los beneficios percibidos de la ventosaterapia a menudo han sido perpetuados por celebridades y atletas que utilizan estas intervenciones terapéuticas en su vida diaria. El nadador profesional Michael Phelps recibió publicidad durante los Juegos Olímpicos de 2016 por los moretones violetas evidentes en su espalda como resultado de las ventosas. Se afirma que "lo hace antes de cada competencia a la que va" para "acelerar la recuperación". El respaldo de celebridades similar al de Michael Phelps puede crear sesgos en las personas que informan los supuestos beneficios beneficios obtenidos o sus experiencias con terapias como la de ventosas.[52]

Véase también

[editar]

Referencias

[editar]
  1. Crislip, Mark (24 de diciembre de 2014). «Acupuncture Odds and Ends». Science-Based Medicine (en inglés). Consultado el 8 de agosto de 2016. 
  2. Hall, Harriet (21 de agosto de 2012). «Quackery and Mumbo-Jumbo in the U.S. Military» (en inglés). Slate. 
  3. Hall, Harriet. «Therapy of Injury? Your Tax Dollars at Work.». Science-Based Medicine. Consultado el 8 de agosto de 2016. 
  4. Lambert, Chloe. «Is 'cupping' a miracle cure or the silliest celebrity health fad ever?». The Daily Mail. Consultado el 8 de agosto de 2016. 
  5. Gorski, David. «What’s the harm? Cupping edition». Respectful Insolence. Science-Based Medicine. Consultado el 8 de agosto de 2016. 
  6. a b c d e Vashi, NA; Patzelt, N; Wirya, S; Maymone, MBC; Zancanaro, P; Kundu, RV (Julio de 2018). «Dermatoses caused by cultural practices: Therapeutic cultural practices.». Journal of the American Academy of Dermatology (en inglés) 79 (1): 1-16. PMID 29908818. doi:10.1016/j.jaad.2017.06.159. 
  7. a b c d e f g Lilly, E; Kundu, RV (Abril de 2012). «Dermatoses secondary to Asian cultural practices.». International Journal of Dermatology (en inglés) 51 (4): 372-9. PMID 22435423. doi:10.1111/j.1365-4632.2011.05170.x. 
  8. a b c Russell J; Rovere A, eds. (2009). «Cupping». American Cancer Society Complete Guide to Complementary and Alternative Cancer Therapies (2nd edición). American Cancer Society. pp. 189–191. ISBN 9780944235713. 
  9. a b Lee, MS; Kim, JI; Ernst, E (Marzo de 2011). «Is cupping an effective treatment? An overview of systematic reviews». Journal of Acupuncture and Meridian Studies (en inglés) 4 (1): 1-4. PMID 21440874. doi:10.1016/s2005-2901(11)60001-0. 
  10. a b Chen, B; Li, MY; Liu, PD; Guo, Y; Chen, ZL (July 2015). «Alternative medicine: an update on cupping therapy.». QJM : Monthly Journal of the Association of Physicians 108 (7): 523-5. PMID 25399022. doi:10.1093/qjmed/hcu227. 
  11. a b «Complementary therapies for acne vulgaris». The Cochrane Database of Systematic Reviews (Systematic Review & Meta-Analysis) (en inglés) 1: CD009436. Enero de 2015. PMC 4486007. PMID 25597924. doi:10.1002/14651858.CD009436.pub2. 
  12. Nimrouzi M; Mahbodi A; Jaladat AM; Sadeghfard A; Zarshenas MM (2014). «Hijama in traditional Persian medicine: risks and benefits.». J Evid Based Complementary Altern Med 19 (2): 128-36. PMID 24647093. doi:10.1177/2156587214524578. 
  13. Qayyim Al-Jauziyah (2003). Abdullah, Abdul Rahman (formerly Raymond J. Manderola), ed. Healing with the Medicine of the Prophet. ISBN 978-9960892917. «Indeed, the best of remedies you have is hijama, and if there was something excellent to be used as a remedy then it is hijama 
  14. Dharmananda, Subhuti. «Cupping». itmonline.org (en inglés). Institute for Traditional Medicine. Consultado el 10 de agosto de 2016. 
  15. Ingall, Marjorie (11 de agosto de 2016). «Everything You Ever Wanted to Know About Cupping—and Some Stuff You Probably Didn't» (en inglés). Tablet Magazine. Consultado el 14 de agosto de 2016. 
  16. Cao, H; Li, X; Liu, J (2012). «An updated review of the efficacy of cupping therapy.». PLOS ONE 7 (2): e31793. PMC 3289625. PMID 22389674. doi:10.1371/journal.pone.0031793. 
  17. «What is cupping therapy». WebMD (en inglés). Consultado el 15 de agosto de 2016. 
  18. Shaban, Tamer (2013). Cupping Therapy Encyclopedia. CreateSpace. p. 29. ISBN 978-1494780517. 
  19. «Classification of Cupping Therapy: A Tool for Modernization and Standardization (PDF Download Available)». ResearchGate (en inglés). Consultado el 29 de marzo de 2017. 
  20. Iblher, N.; Stark, B. (2007). «Cupping treatment and associated burn risk: a plastic surgeon's perspective». J Burn Care Res 28 (2): 355-8. PMID 17351459. doi:10.1097/BCR.0B013E318031A267. 
  21. Sagi, A.; Ben-Meir, P.; Bibi, C. (Agosto de 1988). «Burn hazard from cupping--an ancient universal medication still in practice». Burns Incl Therm Inj (en inglés) 14 (4): 323-5. PMID 3224303. doi:10.1016/0305-4179(88)90075-7. 
  22. Albinali, Hajar (Junio de 2004). «Traditional Medicine Among Gulf Arabs Part II - Blood Letting». Heart Views (en inglés) 5 (2): 74-85. Archivado desde el original el 11 de septiembre de 2007. 
  23. Rippin, Andrew; Knappert, Jan (1986). Textual Sources for the Study of Islam (en inglés). Manchester University Press. p. 78. ISBN 978-0-7190-1884-8. 
  24. Qayyim Al-Jauziyah (2003). Abdullah, Abdul Rahman (formerly Raymond J. Manderola), ed. Healing with the Medicine of the Prophet. ISBN 978-9960892917. «Indeed, the best of remedies you have is hijama, and if there was something excellent to be used as a remedy then it is hijama 
  25. El-Wakil, Ahmed (9 de diciembre de 2011). «Observations of the popularity and religious significance of blood-cupping (al-ḥijāma) as an Islamic medicine». Contemporary Islamic Studies (en inglés) (Hamad bin Khalifa University Press) 2. doi:10.5339/cis.2011.2. 
  26. Kaups, Matti (1976). «A Finish Savusauna in Minnesota». Minnesota History (Minnesota Historical Society) (Spring): 11-20. Archivado desde el original el 5 de julio de 2016. Consultado el 26 de septiembre de 2020. 
  27. "...a cupping session — a recently revived, if archaic procedure, during which a therapist uses a cupping hatchet to make small cuts in your back and places glass cups fitted with bulb syringes over the cuts to draw out 'bad blood' and release 'feel-good' endorphins. Cupping is considered perfectly safe and aficionados say the procedure energizes them, but it’s definitely not for germophobes or the squeamish." : From "Finland's magnificent obsession", Travelsquire
  28. a b State Administration of Traditional Chinese Medicine and Pharmacy, Advanced Textbook on Traditional Chinese Medicine and Pharmacology, Volume IV, 1997 New World Press, Beijing
  29. Chinese Acupuncture and Moxibustion (Revised Edition), Xingnong, Foreign Languages Press, Beijing, China, 1987, p370.
  30. «Cupping» (en inglés). NCCIH. 8 de noviembre de 2018. 
  31. Russell J; Rovere A, eds. (2009). «Cupping». American Cancer Society Complete Guide to Complementary and Alternative Cancer Therapies (2nd edición). American Cancer Society. pp. 189–191. ISBN 9780944235713. 
  32. Lee, MS; Kim, JI; Ernst, E (Marzo de 2011). «Is cupping an effective treatment? An overview of systematic reviews». Journal of Acupuncture and Meridian Studies (en inglés) 4 (1): 1-4. PMID 21440874. doi:10.1016/s2005-2901(11)60001-0. 
  33. Chen, B; Li, MY; Liu, PD; Guo, Y; Chen, ZL (July 2015). «Alternative medicine: an update on cupping therapy.». QJM : Monthly Journal of the Association of Physicians 108 (7): 523-5. PMID 25399022. doi:10.1093/qjmed/hcu227. 
  34. Cao, Huijuan; Li, Xun; Liu, Jianping (2012). «An updated review of the efficacy of cupping therapy». PLoS ONE 7 (2). doi:10.1371/journal.pone.0031793. 
  35. «Complementary therapies for acne vulgaris». The Cochrane Database of Systematic Reviews (Systematic Review & Meta-Analysis) (en inglés) 1: CD009436. Enero de 2015. PMC 4486007. PMID 25597924. doi:10.1002/14651858.CD009436.pub2. 
  36. Kim, J. I., Lee, M. S., Lee, D. H., Boddy, K., & Ernst, E. (2011). Cupping for treating pain: a systematic review. Evidence-Based Complementary and Alternative Medicine, 2011.
  37. Cao, H., Li, X., & Liu, J. (2012). An updated review of the efficacy of cupping therapy. PloS one, 7(2).
  38. Singh, Simon; Ernst, Edzard (2008). Trick or Treatment. Transworld Publishers. p. 368. ISBN 978-0-552-15762-9. 
  39. Gorski, David. «Fashionably toxic». Science-Based Medicine (en inglés). Consultado el 12 de mayo de 2020. 
  40. Colquhoun, David (10 de agosto de 2016). «Cupping: bruises for the gullible, and other myths in sport». DC's Improbable Science (en inglés). Consultado el 12 de mayo de 2020. 
  41. Salzberg, Steven (13 de mayo de 2019). «The Ridiculous And Possibly Harmful Practice Of Cupping» (en inglés). Consultado el 12 de mayo de 2020. 
  42. Hamblin, James (9 de agosto de 2016). «Please, Michael Phelps, Stop Cupping». p. en. Consultado el 12 de mayo de 2020. 
  43. Hall, Harriet (21 de agosto de 2012). «Quackery and Mumbo-Jumbo in the U.S. Military» (en inglés). Slate. 
  44. Crislip, Mark (24 de diciembre de 2014). «Acupuncture Odds and Ends». Science-Based Medicine (en inglés). Consultado el 8 de agosto de 2016. 
  45. Hall, Harriet. «Therapy or Injury? Your Tax Dollars at Work.» (en inglés). Science-Based Medicine. Consultado el 8 de agosto de 2016. 
  46. Online Editors (8 de agosto de 2016). «Revealed - Why some Olympic athletes have those little red marks on them». Irish Independent (en inglés). 
  47. Gorski, David (1 de julio de 2016). «What's the harm? Cupping edition». Respectful Insolence (en inglés). Science-Based Medicine. Consultado el 8 de agosto de 2016. 
  48. Reynolds, Gretchen (8 de agosto de 2016). «What Are the Purple Dots on Michael Phelps? Cupping Has an Olympic Moment». Well (en inglés). The New York Times. Consultado el 8 de agosto de 2016. 
  49. McKay, Brad (9 de agosto de 2016). «Why Team USA's use of cupping therapy really sucks» (en inglés). News.com.au. Consultado el 9 de agosto de 2016. 
  50. Novella, Steven (10 de agosto de 2016). «Cupping – Olympic Pseudoscience». Science Based Medicine (en inglés). 
  51. Orwell, George (November 1946). «How the Poor Die». Now (en inglés). Consultado el 10 de agosto de 2016. «As I lay down I saw on a bed nearly opposite me a small, round-shouldered, sandy-haired man sitting half naked while a doctor and a student performed some strange operation on him. First the doctor produced from his black bag a dozen small glasses like wine glasses, then the student burned a match inside each glass to exhaust the air, then the glass was popped on to the man's back or chest and the vacuum drew up a huge yellow blister. Only after some moments did I realize what they were doing to him. It was something called cupping, a treatment which you can read about in old medical text-books but which till then I had vaguely thought of as one of those things they do to horses.» 
  52. Reynolds, Gretchen (8 de agosto de 2016). «What Are the Purple Dots on Michael Phelps? Cupping Has an Olympic Moment» (en inglés). New York Times. Consultado el 22 de marzo de 2020.