Mission Local está publicando un artículo diario sobre la campaña de cada una(o) de la/los aspirantes a la alcaldía. Se está alternando a la/los candidatos semanalmente, esta dinámica se mantendrá hasta noviembre. Esta semana le corresponde a: Mark Farrell. Lea los artículos anteriores aquí.
Durante el fin de semana, el aspirante a la alcandía Mark Farrell celebró la gran inauguración de la sede de su campaña en West Portal, asistió al Festival de la calle Union y acudió no a uno, sino a tres banquetes organizados por asociaciones chinas.
“Oh Dios, adoran a Mark”, dijo Tina Wong, voluntaria en la campaña de Farrell. El domingo a la hora de comer en el Palacio Imperial, un restaurante en la calle Washington en Chinatown, los residentes se arremolinaron en torno al candidato para tomarse una foto con ��l durante la comida organizada por el Consejo Internacional Chino Americano de Intercambio Cultural.
“La gente que va a los banquetes de Chinatown suele ser influyente”, dijo el consultor político Eric Jaye, y Farrell los necesita.
“Propietarios blancos demócratas, inquilinos blancos mayores, republicanos y votantes chinos”: esa es la base de Farrell, añadió el consultor político Jim Ross.
Según Jaye, el voto asiático representará aproximadamente el 25% del electorado, y el chino alrededor del 15%.
Es un voto que parece estar en el aire, según una encuesta del San Francisco Chronicle de principios de este año que mostraba que el 49% de los votantes asiáticos de la ciudad aún no se habían decidido por un candidato. Ese sondeo se realizó antes de que el candidato progresista Aaron Peskin, Presidente de la Junta de Supervisores, se incorporara a la carrera, pero mostraba que Farrell y Lurie tenían 17% del voto asiático.
Farrell está decidido a aumentar ese porcentaje. Su plataforma sobre la ley y el orden y la seguridad pública atrae a los votantes asiáticos. Durante más de una hora, el candidato atendió a los votantes que buscaban tomarse una foto con él, dando vueltas alrededor de las mesas de la sala, yendo de un extremo a otro, sin apenas tomarse tiempo para hablar con nadie, pero deteniéndose de vez en cuando para brindar. “No es exactamente un brindis, pero, ya sabes”, dijo Farrell, mientras se bebía de un trago una pequeña taza de té antes de pasar a la siguiente mesa.
Jade Tu, directora de campaña de Farrell, y Sherman King, su director de relaciones con los asiático-americanos, así como dos fotógrafos, les seguían de cerca repartiendo folletos en chino.
Mientras tanto, los comensales daban vueltas a los lazy Susans y chocaban los platos, mientras de fondo ocurrían diversas actuaciones, como danzas tradicionales mongolas y un desfile de moda en el que las mujeres desfilaban por un suelo de madera pulida al ritmo de música EDM.
“Bienvenidos a un banquete chino durante el día”, dijo Tu. “Si te empujan, no te lo tomes como algo personal. Ese es el ambiente”.
Alrededor de los 45 minutos del banquete, Farrell se sentó brevemente a comer un bollo de cerdo y una ración de fideos salteados. Ni siquiera entonces dejó de sonreír: Un periodista del Sing Tao Daily se sentó frente a él para hacerle más fotos.
“¿Vivió lo mismo cuando se postuló a supervisor?”, le pregunté. La verdad es que no, respondió Farrell. “Las cosas estaban un poco menos agitadas”.
Farrell se presentó (y se convirtió) en diputado por el Distrito 2 en 2011. Por aquel entonces, su campaña se limitó a su territorio: Marina, Presidio y Pacific Heights. Ahora está llevando a cabo una campaña en toda la ciudad, y no es el único candidato de centro-derecha que se presenta con una campaña de ley y orden, por lo que no es el único que asiste a banquetes chinos de manera consecutiva.
Así, los tres candidatos a la alcaldía, y muchos otros, hicieron acto de presencia en otro banquete el sábado por la noche, en la cena anual del Chinese American Democratic Club en el Far East Cafe de Chinatown. Farrell no tuvo tiempo ni de comer un bollo de cerdo y tuvo que marcharse antes por obligaciones familiares, según explicó su director de campaña, Tu.
Aun así, los que se quedaron comprendieron lo que estaba en juego.
“Al fin y al cabo, Mark tiene que ganar todos los votos”, dijo Tu.