Del curso: Fundamentos empresariales

Transformación digital

Del curso: Fundamentos empresariales

Transformación digital

Estamos en la era digital. En un tiempo verdaderamente récord hemos asumido y adoptado el uso de la tecnología como parte prácticamente inseparable de nuestra conducta de interacción con las personas y nuestro entorno. Vivimos inmersos en una revolución social, que está provocando profundos cambios de comportamiento, precedidos por cómo la tecnología actúa en nuestra cotidianidad. Nunca habíamos tenido que cambiar nuestra conducta de forma tan continuada, y esto provoca una cierta celeridad en la relación que mantenemos con los productos que están a nuestro alcance. El ciclo de vida de los productos es ahora más que nunca fugaz. Ya que hemos cambiado nuestra forma de actuar, las empresas están obligadas a hacer cambios para adaptarse a esa nueva realidad entre cliente y mercado. Esta necesidad de las empresas por cambiar hacia la aplicación de la tecnología digital en todos los niveles de su actividad se describe como un proceso de transformación digital. La gestión del cambio que provoca un proceso de transformación digital tiene una serie de pasos definidos. Lo primero que tiene que ocurrir es que haya una estimulación sobre la necesidad de la transformación y generar el modelo de cambio al que ir asociado. A continuación, una empresa tiene que identificar las oportunidades que la transformación le puede brindar y analizar las ventajas competitivas asociadas al esfuerzo. El tercer paso es que la empresa establezca prioridades sobre las cuales aplica antes una digitalización en función de su posibilidad de retorno. Después debe tratar de extender el plan de la digitalización allá donde sea posible, en función de los tres factores de innovación: viabilidad, factibilidad y deseabilidad. Por último, es importantísimo buscar al equipo de impulsores valientes que influyen en la adopción de los nuevos recursos digitales para que se asuman como parte integrada, tanto de la identidad como de las herramientas del día a día en toda la plantilla. No obstante, antes de comenzar la transformación es necesario hacerse una serie de preguntas que te permitan definir y materializar su alcance. Es el momento de describir lo que se va a transformar. La primera pregunta que tenemos que responder es lade la dimensionalización objetiva: ¿cuáles son las dimensiones que iniciarán la transformación? Pueden ser el tiempo, la reducción de tiempos de entrega, por ejemplo, las finanzas, como en la búsqueda de un ahorro en costes, el espacio, la automatización o la sistematización de las relaciones con clientes y, por último, la calidad del producto, de las relaciones, los procesos, los que iniciarán la transformación. La siguiente pregunta a la que tendremos que responder hace referencia al procedimiento: ¿cómo ocurre la transformación? Puede ser, en primer lugar, a través de una secuencia de tareas. En segundo lugar, mediante facilitadores tecnológicos, que a su vez generarán nuevas aplicaciones y servicios de la tecnología. También podría ser gracias a las adquisiciones y el intercambio de datos que incluyan un aumento de la inteligencia de cálculo a la hora de tomar decisiones. La tercera pregunta es el nivel de intensidad de la transformación, que puede ser incremental o radical. Esto se definirá con nuestro punto de partida. Ahora nos toca reflexionar sobre la unidad de referencia, para quién es esa transformación. ¿Su objetivo es servir mejor a los clientes? ¿Que nos relacionemos mejor con nuestros socios? ¿Quizá queremos competir mejor o responder a ciertas exigencias de los accionistas? La última pregunta hace referencia al objeto y responda la pregunta de: ¿qué es lo que se transforma? Podríamos ir desde elementos puntuales individuales hasta el modelo de negocio completo, desde la oportunidad de incorporar valor a algún segmento de la cadena hasta la posibilidad de ampliar sus redes. En definitiva, para asegurar la sostenibilidad de una empresa, es necesario empezar un proceso de transformación que le permita sostener su adaptación al mundo digital. La transformación digital no es más que adaptar nuestras empresas con la intención de tener al cliente en el centro de nuestros ajustes. Cuando el cliente cambia de comportamiento, nos obliga a estar preparados para resolver sus problemas y atender a sus necesidades. Aquí la tecnología y la digitalización pueden jugar un importante papel de alianza que deberemos cuidar y estimular.

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