Del curso: Fundamentos empresariales

Liderazgo organizacional

Del curso: Fundamentos empresariales

Liderazgo organizacional

Probablemente una de las preguntas a las que respondo con mayor frecuencia sea cuál es la repercusión real que el liderazgo o la dirección tienen una organización. La respuesta no es fácil de simplificar, aunque brevemente podríamos decir que el liderazgo es el verdadero optimizador de los procesos y las tareas que ocurren en un grupo. Es decir, el liderazgo tiene un efecto multiplicador en la productividad del equipo. De todas formas, cuando atendemos el concepto de liderazgo organizacional hemos de diferenciar dos responsabilidades principales sobre las que tenemos que actuar a la hora de tomar decisiones empresariales. En primer lugar, el concepto de liderazgo se relaciona con la descripción del conjunto de personas de una organización con un papel de influencia sobre la gestión de los recursos humanos. Entendemos que hay una serie de decisiones que tomar para favorecer que estas personas tengan una calidad de liderazgo determinado y se acabe por tener un efecto optimizador. Existen índices diagnósticos muy eficaces que utilizan indicadores sobre la calidad del liderazgo y que lo asocian directamente con las posibilidades de éxito y rendimiento de una compañía. Personalmente, puedo asegurar que este tipo de índices que utilizan el factor del liderazgo como predictor del rendimiento son extraordinariamente precisos. Se puede decir sin miedo a equivocarse que aquella empresa que sea capaz de atraer y retener a los mejores líderes tendrá las mejores posibilidades de alcanzar sus objetivos. Por lo tanto, es evidente que tendremos que establecer estrategias relacionadas con los empleados que ejercen funciones directivas en una organización. En segundo lugar, en una empresa el liderazgo se debe entender como la capacidad o las habilidades que existen dentro de un equipo para establecer unas condiciones óptimas de rendimiento. Esto se traduce en la posibilidad de que el equipo sea capaz de resolver sus necesidades y expectativas procurando un mayor bienestar y satisfacción. Una organización que abogue por una cultura de liderazgo, donde cualquier empleado sea testigo y actor activo con poder de influencia y facilitación, estará trabajando a favor de su competitividad. Eso sí, esto solo es posible en un entorno donde se puedan dar las condiciones de seguridad psicológica suficientes. Y, por supuesto, la dirección de una compañía está obligada invertir recursos que trabajen con este fin. En los equipos se percibe un aspecto clave: las personas nos comprometemos y confiamos en comparativa. Es decir, si yo veo que mis compañeros se comprometen, eso invitará a que yo me comprometa también. Si lo que las personas que tengo alrededor confían en mí, también yo confiaré en ellas. Por lo tanto, entendemos que en un grupo existe un equilibrio de fuerzas. Asimismo, el hecho de que la vivencia de un grupo esté determinada por cómo se percibe la experiencia hace que existan muchos factores de influencia a tener en cuenta. En otras palabras, generar una experiencia en grupo es la responsabilidad de todas y cada una de las personas que lo constituyen. Por lo tanto, promover la autonomía para que el grupo vaya cubriendo sus expectativas y necesidades hace que haya una menor dependencia de una sola persona que se designe como líder formal. En definitiva, el liderazgo es el primer vector optimizador del compromiso y la confianza, condiciones mínimas que describen el entorno en el que los empleados pueden ofrecer el máximo de su talento al servicio de su equipo y, por consiguiente, su organización. Por ello será necesario diseñar estrategias que sirvan a tal propósito de manera continua.

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